¿Con qué frecuencia eres amable contigo mismo y piensas que estás bien siendo tal y como eres? Esta cuestión se preguntó en una encuesta realizada por la Universidad de Hertfordshire. Este estudio indicó que la autoaceptación es el hábito que mejor predice la satisfacción vital de las personas, pero es el que más cuesta practicar.
Aceptarse es sentirse satisfecho como
uno es. Requiere una actitud de cuidado y comprensión hacia uno mismo,
especialmente cuando hay limitaciones, dificultades o fracasos. La
autoaceptación es una de las necesidades psicológicas básicas, que son imprescindibles
para experimentar satisfacción de forma estable.
Para aumentar tu propio bienestar empieza por ser tan amable
contigo como lo eres con los demás. Seguramente tus amigos, como todas las
personas, tendrán defectos y virtudes. Pero les quieres tal y como son, también
con sus imperfecciones que forman parte de su humanidad. Es una mala costumbre
sobredimensionar nuestros errores o defectos y minusvalorar nuestros aciertos y
virtudes, pues es un camino seguro hacia la insatisfacción. Trátate como si
fueras tu mejor amigo.
Puedes considerar tus errores como oportunidades para
aprender. Como decía Séneca “muy pocos aciertan antes de errar”. Hay ejemplos
conocidos de hallazgos afortunados e inesperados que se produjeron sacando
partido de las equivocaciones. El post-it pudo inventarse porque un operario
olvidó añadir un componente al elaborar pegamento. Otro trabajador aprovechó
ese pegamento defectuoso para encolar los papelitos con los que señalaba las
páginas de su biblia y poder despegarlos después.
Fíjate en las cosas que haces
bien, aunque sean pequeñas. Tus amigos pueden ayudarte, señalándote los puntos
fuertes o lo que ellos valoran de ti.
Para aumentar la autoaceptación,
es importante también pasar algún tiempo en silencio contigo mismo y conectarte
con tus emociones, para intentar estar en paz con lo que eres. La meditación
podría ayudarte en este sentido.
Por último, deja de compararte.
Como dijo Henry Fonda, “todos encontrarían su propia vida mucho más interesante
si dejaran de compararla con la vida de los demás”.