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miércoles, 19 de marzo de 2014

Acepta lo que eres

¿Con qué frecuencia eres amable contigo mismo y piensas que estás bien siendo tal y como eres? Esta cuestión se preguntó en una encuesta realizada por la Universidad de Hertfordshire. Este estudio indicó que la autoaceptación es el hábito que mejor predice la satisfacción vital de las personas, pero es el que más cuesta practicar.

Aceptarse es sentirse satisfecho como uno es. Requiere una actitud de cuidado y comprensión hacia uno mismo, especialmente cuando hay limitaciones, dificultades o fracasos. La autoaceptación es una de las necesidades psicológicas básicas, que son imprescindibles para experimentar satisfacción de forma estable.

Para aumentar tu propio bienestar empieza por ser tan amable contigo como lo eres con los demás. Seguramente tus amigos, como todas las personas, tendrán defectos y virtudes. Pero les quieres tal y como son, también con sus imperfecciones que forman parte de su humanidad. Es una mala costumbre sobredimensionar nuestros errores o defectos y minusvalorar nuestros aciertos y virtudes, pues es un camino seguro hacia la insatisfacción. Trátate como si fueras tu mejor amigo.


Puedes considerar tus errores como oportunidades para aprender. Como decía Séneca “muy pocos aciertan antes de errar”. Hay ejemplos conocidos de hallazgos afortunados e inesperados que se produjeron sacando partido de las equivocaciones. El post-it pudo inventarse porque un operario olvidó añadir un componente al elaborar pegamento. Otro trabajador aprovechó ese pegamento defectuoso para encolar los papelitos con los que señalaba las páginas de su biblia y poder despegarlos después.

Fíjate en las cosas que haces bien, aunque sean pequeñas. Tus amigos pueden ayudarte, señalándote los puntos fuertes o lo que ellos valoran de ti.

Para aumentar la autoaceptación, es importante también pasar algún tiempo en silencio contigo mismo y conectarte con tus emociones, para intentar estar en paz con lo que eres. La meditación podría ayudarte en este sentido.

Por último, deja de compararte. Como dijo Henry Fonda, “todos encontrarían su propia vida mucho más interesante si dejaran de compararla con la vida de los demás”.  

lunes, 10 de junio de 2013

La rueda del bienestar

Quizás te hayas preguntado alguna vez por qué malograron sus vidas personas con éxito y talento, que aparentemente lo tenían todo para ser felices como, por ejemplo, Michael Jackson o Amy Winehouse. Quizá dedicasen demasiada energía a conseguir el éxito y descuidasen otras necesidades importantes para el bienestar. Se considera que existen seis necesidades psicológicas básicas.

Vinculación: está muy asociada al bienestar y se satisface contando con relaciones personales estables, que nos proporcionen cuidado mutuo e intimidad.
Competencia: cuando satisfacemos esta necesidad sentimos que dominamos distintas facetas de nuestra vida, especialmente, el ámbito del trabajo.
Autonomía: engloba sentirse independiente y expresar la propia identidad. La independencia económica y elegir una profesión que nos guste ayudan a cubrir esta necesidad.
Auto-aceptación: requiere una actitud de comprensión y cuidado hacia uno mismo. Está relacionada con la autoestima, pero no es exactamente igual.
Sentido vital: es el deseo de sentir que nuestra vida es útil, valiosa y tiene un propósito. Decía Nietzsche “quien tiene un porqué para vivir es capaz de soportar casi cualquier cómo”. Tener una meta en la vida ayuda a resistir mejor el estrés, afectando éste menos a la salud física o psicológica.
Crecimiento: nos permite plantearnos nuevos retos y poner proyectos en marcha, seguir aprendiendo y mejorando, buscando la realización personal.

Para conseguir felicidad y bienestar duraderos hay que mantener un equilibrio saludable entre todas las necesidades psicológicas. Como en el juego del Trivial, para ganar la partida del bienestar hay que completar el círculo, satisfaciendo necesidades de todos los colores: tener suficiente amor y amistad, sentirse competente para afrontar los retos de la vida, poder elegir el propio destino, aceptarse y quererse a uno mismo, encontrar un sentido para vivir y seguir creciendo hasta el último día.

Decía José Luis Sampedro que “tenemos una sola vida y la obligación de vivirla”. De la mejor manera posible. Una buena vida que merezca las penas. Elevando al máximo nuestro potencial para llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos.

Este cuadro resume el esquema de necesidades psicológicas básicas que propuso Riff.