Seguramente estas navidades habrás visto muchos árboles
decorados especialmente para celebrar la Navidad. Hoy mismo puedes crear uno
para “adornar” tu vida. Hace poco mi
hija pequeña trajo un curioso ejercicio de su grupo de tiempo libre. Era un
dibujo de un árbol. En las raíces tenía escritas sus capacidades, las cosas que
era capaz de hacer bien como por ejemplo, “correr
rápido”. En el tronco sus valores o cualidades positivas, como “soy amable”. Y en la copa sus frutos:
los logros que había conseguido en su vida, por ejemplo, “ganar un cross escolar”. En el cielo había comentarios de otros
jóvenes y monitores del grupo, que escribieron cualidades positivas de ella del
tipo: “eres divertida”.
Este sencillo ejercicio permite evaluar tu nivel actual de autoestima, reflexionado sobre tus capacidades, fortalezas y logros desarrollados desde la infancia. Hay que hacerlo con tranquilidad, así que busca un momento en el que puedas dedicar una hora al ejercicio. Empieza por hacer una lista con todos tus valores positivos, ya sean personales (por ejemplo, valentía), sociales (generosidad) o físicos (fuerza). Continúa haciendo una relación de tus competencias, anotando todas las cosas que sabes hacer bien. Por último, haz un listado de todos los logros por los que te sientas orgulloso. Pueden ser algo difícil, como obtener un título universitario o más sencillo, como haber ganado un concurso en el colegio.
Ahora toca hacer un dibujo grande de un árbol que incluya,
las raíces, el tronco y las ramas con los frutos. En las raíces pon tus
aptitudes. Las más importantes escríbelas en las raíces más gruesas. En el
tronco escribe tus valores, colocando arriba los que consideres más elevados.
En la copa del árbol describe tus logros. En los frutos grandes irán los éxitos
que consideres más valiosos. Luego contempla tu trabajo. Te sorprenderás por
todo lo que has conseguido. Como dijo Goethe “es un gran error creerse más de lo que uno es, o menos de lo que uno
vale”.
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