En noviembre se celebran muchos conciertos en mi ciudad. Mi hija toca la batería en un combo junior de la escuela de música y estaba nerviosa antes del concierto. De niña apenas se alteraba aunque, en la adolescencia, los nervios comenzaron a aparecer en estas situaciones. Un chico le comentó antes de empezar: “Si te equivocas ¿crees que cinco minutos después alguien se va acordar?” Decidió salir a disfrutar y me dijo que se sintió viva.
Unos días después estrenaba con mi coral una versión escenificada del Carmina Burana. Después del ensayo previo al concierto vi a algunas personas nerviosas. Además de cantar tenían que hacer de actores o de bailarinas, lo que provocaba una tensión adicional.
La relación de la activación con el rendimiento tiene forma de campana. Los nervios ayudan a rendir hasta cierto punto. Demasiados pueden perjudicar. Pedí a una persona que antes de salir a escena mantuviese durante un par de minutos una “postura de poder”. La expresión corporal de un atleta cuando gana una carrera es expansiva: saca pecho, extiende los brazos y levanta la barbilla. La psicóloga social Amy Cuddy comprobó que mostrar una actitud de seguridad (aunque te sientas inseguro) eleva los niveles de testosterona y disminuye los de cortisol, que es la hormona del estrés. Esto ayuda a estar mejor preparado ante una situación exigente y aumenta las probabilidades de éxito.
La relación de la activación con el rendimiento tiene forma de campana. Los nervios ayudan a rendir hasta cierto punto. Demasiados pueden perjudicar. Pedí a una persona que antes de salir a escena mantuviese durante un par de minutos una “postura de poder”. La expresión corporal de un atleta cuando gana una carrera es expansiva: saca pecho, extiende los brazos y levanta la barbilla. La psicóloga social Amy Cuddy comprobó que mostrar una actitud de seguridad (aunque te sientas inseguro) eleva los niveles de testosterona y disminuye los de cortisol, que es la hormona del estrés. Esto ayuda a estar mejor preparado ante una situación exigente y aumenta las probabilidades de éxito.
Me apliqué a mí mismo este consejo. Dediqué unos minutos en el camerino a echar mis hombros hacia atrás, colocando mis brazos en jarras y disfruté del concierto desde el primer minuto. Hubo momentos verdaderamente mágicos en los que me embargó la emoción. Al final, recibimos una larga ovación. Al salir vi muchos ojos brillantes. Cuando observamos algo interesante, que nos provoca emociones de agrado y placer, las pupilas se dilatan.
Fernando Pessoa decía “pon todo lo que eres en lo mínimo que hagas”. En aquella noche especial, la suma de muchos talentos hizo que creáramos algo grande.
No puedo evitar los nervios antes de un concierto, pero cuando he cantado las primeras notas, me relajo y me concentro en lo que cantando e intento disfrutar.
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