Quizá exageraba Calderón
afirmando “que toda la vida es sueño”.
En el país de la siesta cada vez dormimos menos. En España actualmente se
sacrifican más horas de sueño para atender a la familia y al trabajo. Dormir
menos de lo necesario puede comprometer la salud física y mental,
relacionándose con accidentes y enfermedades cardiovasculares.
El sueño es una manera natural de
recuperar energía. Se recomienda a los adultos dormir siete u ocho horas
diarias, pero lo importante es despertarse descansado. Existen cuatro ciclos de
sueño, durante los que se producen diferentes ondas cerebrales y una fase REM,
en la que soñamos mientras movemos rápidamente los ojos. Las personas mayores
entran más rápido en sueño profundo, duermen menos, pero su sueño es más
reparador.
Para dormir bien es importante no
realizar previamente actividades que puedan activarte. Dos horas antes de
dormir es mejor no realizar ejercicio, ni ducharse o comer. Es preferible hacer
actividades que relajen o generen bienestar, como lecturas que no te preocupen,
ver la televisión o meditar.
Una buena idea es redactar un
diario de gratitud, escribiendo tres cosas que hayan ido bien durante el día. ¿Por
qué funciona este ejercicio? La
amígdala guarda la información emocional y el hipocampo codifica los recuerdos
a largo plazo. Estas zonas del cerebro trabajan mientras soñamos. Si llevamos
los problemas a la almohada, seguramente nos desvelemos pasando la noche en
blanco. Recordando sucesos positivos es probable que estemos indicando al cerebro
que todo marcha bien, contribuyendo a conciliar un sueño reparador.
Un amigo realizó durante meses
este repaso mental de sucesos positivos. Es amante de las películas de acción y
muchas noches tenía sueños estresantes, perseguido como el protagonista de un
thriller. Ahora tiene sueños más positivos, a veces se despierta riéndose a
carcajadas.
Según André Maurois lo que hace
falta para ser feliz es “un poco de cielo
azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espíritu”.
Parece también ideal para echarse la siesta en primavera.
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