Todas las emociones, las agradables y las desagradables, nos
han ayudado a sobrevivir. El Dalai Lama y Paul Ekman han creado un sitio web
llamado Atlas de Emociones, que
pretende ser algo así como un mapa para navegantes emocionales. Agrupan a las
emociones en cinco grandes continentes: disfrute, enfado, miedo, tristeza y
asco. Además, plantean que “la calma es
idealmente el estado de la mente, a diferencia de las emociones que surgen
cuando algo las detona y luego desaparecen”. Siguiendo con la metáfora, la
calma podría equipararse al fondo del océano. Aunque, la superficie esté agitada
por el oleaje, el fondo marino permanece inalterable. Los autores afirman que “un marco mental calmado es necesario para
evaluar y entender nuestras cambiantes emociones”.
Según esta web un episodio emocional consta de cinco pasos
por orden cronológico.
- Condición previa. Un suceso no te afectará igual si estas tranquilo, que si estás cansado o estresado.
- Desencadenantes. Son una mezcla entre la valoración automática que hacemos de un suceso y la base de datos de la percepción de situaciones parecidas ocurridas en el pasado. Los disparadores de la emoción pueden ser universales o aprendidos culturalmente.
- Estado: Es la emoción que sentimos. Viene acompañada por cambios físicos, como sensaciones corporales, y cambios psicológicos.
- Acción: Puede ser constructiva, promoviendo más colaboración entre las personas implicadas, o destructiva, creando dificultades para colaborar.
- Post-condición: Es el resultado o impacto de las acciones emocionales.
Posteriormente, se inicia un periodo de filtrado selectivo,
en el que la percepción se estrecha y distorsiona, interpretándose lo que
sucede en función de la emoción predominante cada momento.
En el atlas de emociones puede verse cómo las emociones
varían en intensidad y duración. Por ejemplo, los estados de disfrute pueden ir
de una menor intensidad de la alegría a la mayor del éxtasis. También aparecen
algunos desencadenantes del disfrute como la interacción social o la experiencia
sensorial de la naturaleza. Finalmente, aparecen los comportamientos
generalmente asociados a cada emoción.
Altamente recomendable, José Enrique.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Pepe.
Creo que tanto la interacción social, como lo que denominas experiencia sensorial de la naturaleza, no es otra cosa que el interser del que habla el budismo.
ResponderEliminarGracias por tu aportación