Algunas emociones, como el miedo
o la tristeza, vienen acompañadas por sensaciones desagradables. Es inevitable sentirlas
de vez en cuando, aunque no resulte fácil. Algunos autores afirman que sería
ideal sentir tres emociones positivas por cada emoción dolorosa. ¿Qué podemos hacer
cuando aparecen? Ni es recomendable huir de esas emociones difíciles, porque
tarde o temprano volverán a aparecer, ni tampoco ayuda pensar demasiado
mientras nos encontramos mal. Lo adecuado es experimentarlas con apertura. Son
respuestas fisiológicas que desaparecen por si solas, si no hacemos nada para
alimentarlas.
Mark Williams y otros autores, en
el libro “Vencer la Depresión”, proponen darse un respiro de tres minutos.
Empieza por buscar un lugar tranquilo que te permita dedicarte unos minutos.
Mantén una posición erguida, sentado o de pie, cierra los ojos y pregúntate
¿Cuál es mi experiencia en este momento?
1: TOMAR CONCIENCIA. ¿Qué
pensamientos hay en tu mente? Reconócelos como acontecimientos mentales y, si
quieres, exprésalos con palabras. ¿Qué sentimientos hay? Aproxímate al malestar
emocional que estés sintiendo y reconoce la presencia de los sentimientos
desagradables. ¿Qué sensaciones corporales tienes? Explora tu cuerpo para
captar las sensaciones de tensión o rigidez.
2. RECOGERSE. Pon ahora tu
atención en las sensaciones físicas de la respiración. Observa cómo tu abdomen
se expande al inhalar y desciende al exhalar. Sigue el recorrido de la
respiración desde que entra el aire hasta que sale.
3. EXPANDIR. Percibe tu cuerpo
como un todo. Además de observar la respiración, céntrate en las sensaciones de
malestar. Imagina que al inhalar llevas el aire hacia la parte del cuerpo donde
sientes malestar y expúlsalo también desde allí cuando espires. Puedes decirte
al soltar el aire: “no pasa nada, sea lo que sea está aquí y voy a sentirlo”.
Es lo que toca ahora.
Como decía Rumi, “el ser humano
es como una casa de huéspedes. Cada mañana, una llegada nueva. Una alegría, una
decepción, una maldad, una percepción momentánea aparece como un visitante
inesperado. ¡Dales la bienvenida y acógelos a todos!”.
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