Recientemente vi mal a una persona a la que aprecio. Está
viviendo una situación laboral complicada, que no tiene visos de resolverse a
corto plazo y está sufriendo por ello. La primera opción ante un problema es
buscar una solución, para cambiar cuanto sea posible. Pero, cuando estamos
agobiados porque no tenemos ningún control sobre la situación, podemos emplear
estrategias centradas en las emociones. Escribí un correo para decirle que podía
mantener una actitud de cuidado hacia sí mismo y le propuse un ejercicio
respiratorio para estimular el nervio vago.
Nuestro sistema nervioso autónomo está dividido en dos ramas
que actúan de forma opuesta: la simpática y la parasimpática. El sistema
simpático es como un acelerador, pues se encarga de poner en marcha la
respuesta de estrés que regula las conductas de lucha o huida, para activar al organismo
rápidamente para sobrevivir ante los peligros. El sistema parasimpático actuaría
como freno, reduciendo las pulsaciones del corazón y la presión arterial,
encargándose de volver al equilibrio y recuperar la energía.
Vago significa etimológicamente “errante”. El nervio vago
está muy ramificado y conecta el centro del cerebro con las vísceras del
abdomen, pasando por el corazón y los principales órganos internos. Un tono
alto del nervio vago está relacionado con una buena salud cardiovascular.
Psicológicamente se asocia a mejores habilidades sociales, aumentando la
capacidad de regulación emocional, produciéndose una mejor conexión emocional
positiva con los demás.
La manera más sencilla de estimular el nervio vago es dedicando diez minutos diarios a respirar conscientemente. Inhala
durante cinco segundos dirigiendo el aire hacia la
parte baja del abdomen, mantén el aire durante seis segundos y expúlsalo
por la boca, como si soplaras una vela, durante otros cinco segundos. Tras unos
días, mi amigo me dijo: “Estoy respirando como me dijiste y me siento mejor”.
Puedes pararte cada día un rato a respirar. Tonificar tu
nervio vago puede ayudarte a mantener la calma en situaciones tensas. Si vas
acelerado, seguramente te pasarás de frenada.
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