Recientemente presencié un hermoso concierto de música
antigua, interpretado por el trío Roncesvalles. La canción que me pareció más
bonita musicaba el poema “Mi religión es
el amor” de Ibn Arabi, un sabio musulmán andalusí, nacido en Murcia en el
siglo XII. La violinista y el guitarrista son hermanos. Habían conocido el
poema gracias a su padre, un antropólogo que les trasmitió su pasión por las
canciones sefardíes. Me parece conmovedor que el amor por la música pueda
perdurar entre generaciones. Cerré los ojos para escuchar. Aunque no entendía
la letra en árabe, logró emocionarme mucho. Estaba compuesta con el corazón.
Buscando información, intuí que los músicos podían ser
hermanos de un amigo con el mismo apellido. Le escribí y me lo confirmó.
En internet encontré una traducción del poema, comenzaba
así: “Hubo un tiempo en que rechazaba a
mi prójimo si su fe no era la mía. Ahora mi corazón es capaz de todas las
formas”. Pensé que le gustaría a otro amigo y le envié el poema. Me
contestó que el autor, un místico sufí, era una de sus principales referencias.
Conoció el poema al ver anunciado un espectáculo de danza titulado “Mi corazón es capaz de todas las formas”.
Pensó que esa frase no era capaz de escribirla cualquiera. Compró las entradas
y contempló una representación de danza sufí interpretada por mujeres
musulmanas, por primera vez público, pues en su país se prohíbe a las mujeres
bailar fuera del ámbito doméstico.
La teoría de los Seis Grados de Separación plantea que estamos conectados con cualquier persona
del planeta, mediante una cadena de cinco conocidos. En 1967, Stanley Milgram en un experimento
demostró necesarios entre 5 y 7 intermediarios. En 2011, el estudio Anatomy of Facebook analizó los amigos en común de 721.000.000 usuarios (casi 10% de la
población mundial). El 99,6% de pares de usuarios estaban conectados por 5
grados de separación.
Parece increíble. Estamos interconectados con toda la humanidad,
solamente a unas personas de distancia.
Creo que lo que dices en el texto señala la puerta de acceso. A partir de ahí, como dice Yüan-wu (s. XI): "Si se ha ganado la entrada, cualquier suceso sirve a tu vida"
ResponderEliminarUn abrazo.
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