jueves, 11 de octubre de 2012

Todo lo que necesitas es amor



Existe mucha evidencia científica sobre la estrecha relación entre la satisfacción amorosa y el bienestar psicológico. Para la investigadora Helen Fisher existen tres sistemas cerebrales relacionados con el apareamiento y la reproducción que generan tres impulsos básicos: el deseo de gratificación sexual, mediado por las hormonas sexuales. El amor romántico enfoca nuestra energía en apareamos con una persona y está asociado a la dopamina. El apego nos aporta calma y seguridad gracias al vínculo que establecemos con una pareja a largo plazo, interviniendo la oxitocina y los opiáceos endógenos.

Estos tres sistemas no siempre están conectados entre sí, lo que explica que haya personas que sean capaces de mantener una relación a largo plazo, enamorarse y tener sexo con personas diferentes simultáneamente, manteniendo equilibrios propios de las comedias de enredo. 

Al principio de una relación existen pocos conflictos, que más tarde son inevitables y permiten conseguir un vínculo a largo plazo. Para el psicólogo John M. Gottman la fórmula para un matrimonio feliz es mantener cinco interacciones positivas por cada una negativa. Si no hay conflictos, la pareja puede estar evitando las confrontaciones, en lugar de aprender de ellas. Pero es fundamental que haya más positividad que negatividad en la relación. Como si se tratara de una cuenta bancaria emocional, las acciones positivas realizadas a diario van creando una reserva de confianza, que permite a la pareja  superar los momentos difíciles. 

El secreto de la pasión duradera está en acercarse al otro en los pequeños detalles del día, en las expresiones de amor cotidianas. Peter Fraenkel recomienda tener un mínimo de tres puntos de placer al día: un beso apasionado, una nota divertida o un mensaje de texto cariñoso, un simple «te quiero», puede ser muy beneficiosos para mantener vivo el amor.

Para Albert Einstein «sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida». La vinculación es una necesidad psicológica básica. Tal vez, como cantaron los Beatles, para ser feliz sólo necesites amor.