viernes, 27 de marzo de 2015

Celebrar la longevidad


El domingo 22 de marzo de 2015, tuve uno de esos días felices que quedarán grabados entre mis mejores recuerdos. En 2013 conocí una investigación que demostró que recordar los sucesos de vida positivos aumenta el bienestar de las personas mayores. Pensé que esa experiencia no podía perdérmela con Loles, la mujer más positiva que conozco, que casualmente es mi madre.
Durante casi dos años recabé información de los mejores momentos de su vida mediante varias entrevistas. Afloraron tantas anécdotas divertidas que decidí publicarlas en un libro titulado «TODOS LOS DÍAS ERAN BUENOS». Tras mucho trabajo para editarlo, por fin llegó el día de la presentación. Tenía ya cierta urgencia por ver terminado el proyecto porque quería que mi madre disfrutase del momento plenamente. Salió mejor de lo que podía haber imaginado. Mis hermanos hicieron una divertida presentación y también hubo momentos muy emotivos como la proyección de un video con imágenes antiguas de mi familia. Hubo éxito de convocatoria: la familia y muchos amigos
Una canción de Serrat criticaba que en la sociedad actual «a los viejos se les aparta después de habernos servido bien». Un excesivo culto a la juventud nos hace olvidar la sabiduría que aportan nuestros mayores que son un ejemplo de vitalidad, resistencia y positividad. En una carta que me escribió Gonzalo Hervás, uno de los principales investigadores de la psicología positiva en España, me decía que mi iniciativa «representa algo muy necesario en la actualidad y que lo será aún más en el futuro: La escucha y la implicación con nuestros mayores».
Este proceso me ha permitido estrechar más los lazos afectivos con mi madre, aumentar su bienestar y preservar la historia familiar para las siguientes generaciones. La presentación del libro fue un merecido homenaje a una octogenaria que sacrificó tanto para educar diez hijos con alegría y dedicación. Firmamos muchos libros a medias. Me sorprendió una dedicatoria escrita por Loles que rezaba: «Y siguen siendo buenos». Después me dijo que le gusta recordar, porque es vivir de nuevo.

A continuación puedes ver el book trailer de "TODOS LOS DÍAS ERAN BUENOS". 


martes, 17 de marzo de 2015

Al final está lo mejor

Los anuncios pintan la juventud como una etapa feliz, llena de alegría de vivir y diversión. Pero los descubrimientos de la psicología positiva indican que en realidad las personas mayores son más felices y están más satisfechas con sus vidas. También experimentan menos emociones negativas y más positivas, tienen una mayor estabilidad emocional y son menos sensibles a la negatividad y el estrés cotidianos.
En lo que todavía no han conseguido ponerse de acuerdo los estudiosos es en encontrar el momento de mayor plenitud de la experiencia emocional positiva, que según los estudios se sitúa entre los 64 y los 79 años.

¿Por qué sucede esto? Hay principalmente dos explicaciones. La primera tiene que ver con que la experiencia nos enseña a emplear estrategias deliberadas para regular las emociones. La segunda postula un diferente funcionamiento del cerebro en las estructuras cerebrales asociadas al procesamiento de las emociones negativas.

Laura Carstensen opina que cuando percibimos que la vida es finita cambiamos el orden de prioridades, centrándonos en el presente y en las cosas que de verdad importan. Las relaciones se vuelven entonces prioritarias para los mayores. Además los ancianos suelen ser tratados con mayor respeto y amabilidad.
Mi madre es una mujer extraordinariamente sociable. Ha tenido una vida complicada pero ha sabido sobreponerse a la adversidad que le tocó vivir. Sabe que no hay segundas oportunidades para disfrutar con los que marcharon, por eso disfruta al máximo de los que tiene aún a su lado. Por eso se apunta hasta un bombardeo, si se lo propone un hijo suyo.

Este domingo presento un libro titulado TODOS LOS DÍAS ERAN BUENOS en el que narro la vida positiva de mi madre. Surgió de unas entrevistas que le propuse hacer para recordar los sucesos positivos de su vida. Al final, recopilamos tantas anécdotas divertidas que decidí publicarlas en un libro para compartirlo con la familia y los amigos. Espero seguir celebrando su longevidad y disfrutando con ella todo lo que pueda.

A continuación una conferencia TED de Laura Carstensen en inglés titulada "Las personas mayores son más felices". Para verlo con subtítulos en castellano pulse este enlace


martes, 10 de marzo de 2015

Una cuestión de proporción

Un anuncio de la radio, en el que un jefe malhumorado gritaba a su empleado ¡Antúnez!, me recordó a un capitán que tuve en la mili que tenía a toda la oficina aterrorizada. Emociones como la ira, el desprecio, el miedo, la culpa, la tristeza o la vergüenza, no permiten dar lo mejor de ti mismo. Más bien invitan a luchar, huir o a no hacer nada para pasar desapercibido.

Emociones positivas como la satisfacción, el entusiasmo, la gratitud, la esperanza, el interés, la alegría y el orgullo permiten encontrar soluciones más creativas a los problemas.

Los equipos de trabajo más eficientes en cuanto a rentabilidad, satisfacción del cliente y evaluación 360 grados (jefes, compañeros y clientes) son los que presentan una proporción 5,6 comentarios positivos por cada comentario negativo. Los equipos de medio rendimiento tienen una proporción de 1,85/1. Los de bajo rendimiento de 0,36/1, pasan mas tiempo siendo negativos que positivos, lo que es nocivo para su bienestar y también para su rendimiento.

En la próxima reunión de tu equipo de trabajo puedes anotar discretamente el número de comentarios positivos y negativos que se hacen durante un buen rato. Luego prueba a decir más cosas positivas y comprueba el efecto que tienen los comentarios positivos sobre el grupo.

¿Puede ser perjudicial un exceso de positividad? Según parece los efectos positivos sobre el rendimiento del equipo pueden empezar a decaer a partir de 11,6 comentarios positivos por cada negativo.

Esto también puedes aplicarlo a otras relaciones. Recientemente, a un amigo que tiene problemas con su pareja, le comenté que la clave para vivir en pareja es mantener cinco interacciones positivas por cada negativa. Lo dice John Gottman, un psicólogo estudioso de las relaciones y la convivencia, que compara las relaciones con una cuenta bancaria emocional. Cada vez que haces algo bueno ingresas en la cuenta. Cada desplante, cada descuido, cada enfado saca saldo de la cuenta. Y como lo negativo impacta más, es necesaria más positividad para compensarlo.