viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Cuántos amigos puedes tener?

Quiero tener un millón de amigos. Actualmente las redes sociales nos permiten acercarnos al deseo de la canción de Roberto Carlos, pudiendo contar con miles de contactos agregados como amigos. Pero, según el antropólogo Robin Dunbar, nuestro cerebro puede desenvolverse bien con un máximo de ciento cincuenta amigos, aunque seamos muy sociables. Se trata de relaciones con personas que nos importan y con las que mantenemos contacto al menos una vez al año. En grupos más grandes las relaciones se deterioran y las personas están menos unidas.
De adolescentes solemos tener muchos amigos, pero con los años le dedicamos más tiempo a un número menor de personas. Para Laura Carstensen, a medida que envejecemos, nos volvemos más selectivos con nuestros amigos. Según la autora de la teoría de la selectividad socioemocional, la cifra mágica son tres amigos con los que realmente podemos contar.
Para Daniel Gilbert, “lo que más dicha nos proporciona es la vida social”. Existe una relación causa-efecto entre unas buenas relaciones sociales y mayor felicidad. Las personas felices tienen mejores relaciones, más probabilidades de tener un gran círculo de amigos y mucho apoyo social, que también proporciona ayuda en momentos de estrés, pena o trauma.
Sonja Lyubomirsky ha propuesto algunas sugerencias que pueden ayudar a mantener la amistad o hacer nuevos amigos. Empieza por dedicar tiempo a menudo para reunirte y estar en contacto con tus amigos. Muéstrales tu interés. Según Enrique Rojas “se hacen más amigos en dos meses interesándose por la gente que en dos años intentando que la gente se interese por ti”. Escucha sus problemas mirando a los ojos, prestando atención y respondiendo a sus palabras. No des consejos si no te los piden. Expresa tus pensamientos y sentimientos. Presta ayuda y apoyo. Defiéndelos cuando no estén presentes. Comparte actividades divertidas. Transmite afecto y admiración. Disfruta de los éxitos de tus amigos y abrázales.
A fin de cuentas, como diría Ralph Waldo Emerson, “la única manera de hacer un amigo es serlo”.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El poder de la amabilidad

Hace tiempo acudí a urgencias con mi hija por un esguince. Estuvimos mucho rato esperando y cuando nos atendió la doctora tenía cara de pocos amigos. Con el ceño fruncido, golpeaba con sus dedos el teclado del ordenador sin mirarnos. Un enfermero le pidió ayuda y ella le derivó a otro médico, argumentando que era su tiempo de descanso y aun así estaba atendiendo a pacientes debido al retraso en la consulta. Ese comentario me hizo sentir empatía y recordé una frase del Dalai Lama que invita a sonreír "nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás”. Cuando la doctora me extendió el informe le brindé una sonrisa y me sorprendió ver cómo se transformó su cara al sonreírme ella también. Mi sonrisa hizo que cambiara su actitud. Pregunté dónde debía ir para el vendaje y con amabilidad me acompañó hasta la puerta de la sala. Desde entonces no subestimo el valor de un pequeño gesto amable.
Ser amable y generoso nos hace felices pues percibimos a los demás más positivamente, fomentando la sensación de interdependencia y colaboración, disminuye el malestar ante el sufrimiento ajeno, aumentando la confianza, el optimismo y la sensación de sentirse útil. Puede desencadenar una cascada de consecuencias sociales positivas: hace que caigas bien, que te aprecien y te muestren gratitud, satisfaciéndose las necesidades de comunicación y amistad.

La amabilidad es beneficiosa para el que la recibe y para el que la practica, aunque para aumentar la felicidad hay que ser más amable que habitualmente. La investigadora Sonja Lyubomirsky propone elegir un día a la semana para hacer un gran acto amable nuevo y especial, o de tres a cinco pequeños.

En la variedad está el gusto, no vale repetir siempre lo mismo: regala tiempo, sorprende y entrena la compasión. Quizás inicies una cadena con tu amabilidad; quien la reciba puede sentir alegría y devolver el favor a otras personas. Empieza siendo más amable contigo mismo.