lunes, 13 de octubre de 2014

La felicidad en tres pasos

Ed Diener ideó un método para conseguir salud y bienestar en tres sencillos pasos relacionados con la manera de percibir, interpretar y recordar los sucesos.

  1. Atender a lo bueno: quejarse por todo continuamente puede hacerte infeliz. La queja tiene sentido para desahogarse o para buscar una solución, pero con que le dediques cinco minutos es suficiente. Es saludable evitar centrarse demasiado en uno mismo y en los problemas, para fijarse en las cosas buenas que hay en nuestra vida. Olvídate de los fastidios sin importancia lo antes posible. Puedes preguntarte: ¿Esto tendrá importancia dentro de un año? Agradece lo que tienes, celebra los éxitos, saborea los pequeños placeres cotidianos, busca experiencias positivas y disfruta lo que puedas de los buenos momentos.
  1. Interpretar lo mejor: los errores de pensamiento son ideas que nos hacen sentir mal. Por ejemplo: “soy un desastre, nunca aprenderé”. Las exageraciones, el catastrofismo, la generalización excesiva, predecir negativamente el futuro y no tener en cuenta lo positivo son errores de pensamiento que nos hacen infelices. No te creas lo primero que venga a tu cabeza. Puedes buscar otras interpretaciones alternativas a los sucesos negativos, que sean más constructivas y optimistas. Recientemente realicé un viaje. Cuando el avión había iniciado su marcha para enfilar la pista, se detuvo inesperadamente. Miré a mi madre y me dijo: “es que el piloto ha bajado para recoger el bocadillo”. Esta divertida interpretación me hizo reír y borró de un plumazo mi preocupación previa al despegue.
  2. Memorizar lo positivo: las personas infelices recuerdan muy bien las cosas malas que les suceden. Las personas felices son menos precisas, pero retienen más los recuerdos positivos. Utiliza tus sentidos: emociónate con la música, siente el calor del sol, la calidez de un abrazo, el aroma de un guiso o la belleza de la naturaleza. Puedes rememorar los sucesos agradables, volviendo a revivir las emociones que sentiste. Como los buenos amigos, los instantes de felicidad estarán siempre disponibles cuando los necesites.

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