miércoles, 24 de septiembre de 2014

Buscar la alegría

El fin de semana asistí con mi hija a un espectáculo de teatro musical muy divertido. Disfruté sentado en el patio de butacas, rodeado de cientos de personas tronchándose de risa. Pensé: “por qué no vendré al teatro más a menudo”. Aunque era tarde, al salir me sentía feliz y descansado.

Recientemente, se ha creado cierta polémica sobre la validez de algunos estudios de Barbara Fredrickson. Esta profesora de Psicología de la Universidad de Carolina del Norte afirma que las personas que sienten tres emociones positivas por cada emoción difícil son más felices, eficaces, proactivas, creativas y comprometidas. Estas emociones actúan como nutrientes que permiten crecer y florecer.

Fredrickson es autora de la teoría de ampliación y construcción. Según esta teoría las emociones positivas amplían las tendencias pensamiento y acción, permiten desarrollar recursos personales para afrontar las situaciones difíciles y transforman a la persona haciéndola más creativa, resistente a las dificultades y mejor integrada socialmente.

No creo que haya que andar contando emociones, aunque es necesario sentir a menudo emociones positivas para ser feliz y tener una vida plena. El bienestar nos recarga de energía y favorece una buena salud. Hay estudios que asocian el afecto positivo con la longevidad. Tampoco hay que deshacerse de las emociones desagradables. Son útiles para sobrevivir, para superar las perdidas… Aunque sentirse continuamente deprimido, ansioso o enfadado puede ser nocivo para la salud mental y física.

Imagina una cuenta bancaria que funcionase con emociones. Cada vez que sientes emociones agradables estás ingresando positividad: cuando te ríes, si das un abrazo, al sentirte agradecido, cuando estas orgulloso por hacer algo bien… Como las emociones desagradables suelen ser más intensas, cuando sientas ira, miedo o tristeza, estarás restando energía, disminuyendo rápidamente el saldo de tu cuenta emocional. Para compensar una emoción difícil es necesario sentir una proporción mayor de emociones positivas. Sal al encuentro de la alegría. No desaproveches ninguna ocasión para sentirte bien. Como cantaba Serrat “Hoy puede ser un gran día y mañana también”.

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