miércoles, 5 de noviembre de 2014

Pon freno al estrés

Recientemente vi mal a una persona a la que aprecio. Está viviendo una situación laboral complicada, que no tiene visos de resolverse a corto plazo y está sufriendo por ello. La primera opción ante un problema es buscar una solución, para cambiar cuanto sea posible. Pero, cuando estamos agobiados porque no tenemos ningún control sobre la situación, podemos emplear estrategias centradas en las emociones. Escribí un correo para decirle que podía mantener una actitud de cuidado hacia sí mismo y le propuse un ejercicio respiratorio para estimular el nervio vago.

Nuestro sistema nervioso autónomo está dividido en dos ramas que actúan de forma opuesta: la simpática y la parasimpática. El sistema simpático es como un acelerador, pues se encarga de poner en marcha la respuesta de estrés que regula las conductas de lucha o huida, para activar al organismo rápidamente para sobrevivir ante los peligros. El sistema parasimpático actuaría como freno, reduciendo las pulsaciones del corazón y la presión arterial, encargándose de volver al equilibrio y recuperar la energía.

Vago significa etimológicamente “errante”. El nervio vago está muy ramificado y conecta el centro del cerebro con las vísceras del abdomen, pasando por el corazón y los principales órganos internos. Un tono alto del nervio vago está relacionado con una buena salud cardiovascular. Psicológicamente se asocia a mejores habilidades sociales, aumentando la capacidad de regulación emocional, produciéndose una mejor conexión emocional positiva con los demás.

La manera más sencilla de estimular el nervio vago es dedicando diez minutos diarios a respirar conscientemente. Inhala durante cinco segundos dirigiendo el aire hacia la parte baja del abdomen, mantén el aire durante seis segundos y expúlsalo por la boca, como si soplaras una vela, durante otros cinco segundos. Tras unos días, mi amigo me dijo: “Estoy respirando como me dijiste y me siento mejor”.

Puedes pararte cada día un rato a respirar. Tonificar tu nervio vago puede ayudarte a mantener la calma en situaciones tensas. Si vas acelerado, seguramente te pasarás de frenada.

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