martes, 24 de junio de 2014

Escucha tus sensaciones

He buscado durante años una formación de posgrado en Psicología Positiva que no existía todavía en España. El curso próximo se impartirá por fin, pero lejos de Madrid y me supondría una importante inversión de tiempo, esfuerzo y dinero. Comenté mi indecisión con un amigo, que sacó una moneda del bolsillo y me pidió echarlo a suerte. “Si sale cara te vas”, así lo acordamos. La moneda cayó, dejando ver la cara de un Rey recién jubilado. Mi amigo preguntó por cómo me sentía y le dije: “Preocupado”. El neurocientífico David Eagleman propone hacer este ejercicio cuando no sabemos elegir entre dos opciones, para obtener la respuesta de nuestro cerebro inconsciente. Si hubiera sentido alivio al observar lo que decía la moneda, ésa sería la elección correcta.

Antoine Bechara realizó en 1997 un ingenioso experimento. Imagina que tienes que ir eligiendo cartas distribuidas en cuatro mazos. Dos de los montones tienen combinaciones de cartas que permiten ganar dinero. Al contrario, si coges cartas de los otros mazos, terminas perdiéndolo. Normalmente, se necesita escoger unas veinticinco cartas para darse cuenta conscientemente de cuáles son los mazos buenos. En el experimento se midió también a los participantes la actividad eléctrica de la piel, que indica la activación del sistema nervioso autónomo. Este sistema nervioso controla las acciones involuntarias y prepara al organismo para reaccionar ante una situación de estrés. A la decimotercera jugada ya se suele detectar un pico de nerviosismo cuando la mano se aproxima a los mazos malos. Intuición, presentimiento, corazonada… podemos ponerle el nombre que sea, pero lo cierto es que el sistema nervioso autónomo detecta la respuesta correcta mucho antes que la conciencia.

Decía Séneca que “muy pocos aciertan antes de errar”. Cuando tengas que tomar una decisión y no sepas bien qué elegir, además de valorar los pros y contras con tu cerebro consciente, puedes intentar escuchar lo que te dice el cuerpo. Quizá sientas en las tripas una sabiduría que viene del, escurridizo pero certero, inconsciente.

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